Por una educación de excelencia en la formación de personas

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Para los trabajadores y trabajadoras de nuestro país, tener un Estado que no respete ni valore los derechos fundamentales, es un grave problema.

Lo anterior implica reflexionar sobre el escenario que se ha venido dando desde la llegada de la dictadura a nuestro país, en donde se cercenaron derechos fundamentales como, el acceso a una a educación de excelencia en la formación de personas que hasta ese momento en Chile se venía implementando en todas sus aulas.

Hoy tenemos un Ministerio de Educación jibarizado, en donde sus funciones se han reducido a la mínima expresión, trasladándose a servicios externos, que han quedado fuera del rol rector que le corresponde por derecho legal a nuestro Ministerio y más aun haciendo prevalecer, la mirada economicista que ha hecho creer  al colectivo desde el individualismo que“pagando más en educación, se obtiene  más “Calidad” , instalando en el inconsciente  a la educación, como un bien de consumo y no como un derecho humano y social Fundamental.

Servicios como la JUNAEB, Archivos y Museos, Arquitectura que construía escuelas, han sido aisladas en su quehacer; junto a ello, la creación de la Superintendencia de Educación, antigua subvenciones, creación de la Agencia de la Calidad, para la evaluación y medición de los aprendizajes y la creación de la Dirección Pública para acompañar la gestión de las escuelas, no han hecho otra cosa que segmentar la funciones, roles y compromisos asociados del Ministerio,  no permitiendo un trabajo coordinado, con criterios comunes en el acompañamiento a las escuelas, para un mejor resultado. Agrava esta situación la mercantilización de la Asesoría Técnica Pedagógica entregada a privados que cobran a las escuelas por sus servicios hasta el momento sin ningún resultado a la vista y sin grandes avances.

Dado lo anterior es importante dejar claramente establecido que aun considerando el escenario desfavorable, gracias a la entrega y compromiso de los trabajadores y trabajadoras públicos y del sistema educativo,  se ha continuado realizando el trabajo desde sus posibilidades y expertis. Valoramos el trabajo serio y responsable de nuestros colegas.

Como Asociación de Trabajadores/as  del Ministerio de Educación, tenemos clara la importancia que tiene la educación en la formación de los niños, jóvenes y adultos de nuestro país, para romper los círculos de pobreza de millones de familias chilenas, que ven con esperanza esta posibilidad;  pero también estamos ciertos, que para que sea real no basta sólo la igualdad en  el acceso a ella , sino que además:  “Debe asegurarse y garantizarse como un derecho humano fundamental, desde una concepción multicultural y plurinacional, como base esencial, para tener una educación inclusiva y de excelencia”. Y para ello, debemos fortalecer el Estado y la función Pública.

Finalmente, llamamos a todos los funcionarios y funcionarias a cumplir con nuestro rol de ciudadano y ciudadana, acudiendo a dar nuestra opinión, que es importante, pues con ella definiremos el futuro de Chile con una nueva Constitución, para el porvenir y progreso de las futuras generaciones de trabajadores , trabajadoras y sus familias. 

 

¡Andime 51 años en la defensa de los derechos fundamentales de los trabajadores y sus familias!