Carta Abierta en contra del odio a la comunidad migrante

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¡Meceremos un nuevo país, más justo, más democrático y solidario!

Como Directorio Nacional de la Asociación Nacional de Trabajadores y Trabajadoras del Ministerio de Educación (ANDIME) hemos visto con dolor los últimos hechos que han configurado graves atentados a los derechos humanos en el país, en particular con respecto a quienes han debido migrar producto de una búsqueda de mejores oportunidades.

En ese marco repudiamos los hechos violentos en contra de comunidades migrantes acontecidos en Iquique, pues es la demostración de un germen de intolerancia y poca humanidad frente a esta desgracia.

La crisis humanitaria que sufre la comuna fronteriza de Colchane, donde cientos de migrantes padecen hambre, frío, abandono y la muerte de dos personas, una de nacionalidad venezolana y otra colombiana, es responsabilidad de las autoridades, quienes no han promovido una política migratoria seria que dé respuestas a la ola de migración que golpea al mundo y solo han optado por aplicar desalojos violentos y expulsiones colectivas ilegales, bajo el concepto de “ordenar la casa”. 

Cabe recordar que desde los inicios del gobierno el presidente Sebastián Piñera, este se ha mostrado a favor de ayudar a los extranjeros que buscan asilo, incluso, viajó a Cúcuta para invitar a venezolanos/as a migrar a nuestro país, lo que tildó de “un compromiso moral, de solidaridad”, sin embargo, en los hechos este gobierno solo ha criminalizado el derecho humano a migrar y cada día endurece la represión en contra de esta población, haciendo cada vez más seguidas las expulsiones de migrantes vestidos de pies a cabeza con overoles blancos, las cuales se transmiten, además, por la televisión.

Las medidas irresponsables que rondan en ser racistas y estigmatizadoras de este gobierno hicieron despertar a los sectores intolerantes que demuestran una alta falta de cultura, los cuales organizaron la manifestación en Iquique, quienes quemaron las humildes pertenencias de las familias, tras el desalojo de Carabineros, dejándolos en la más absoluta miseria. Esto hizo que nuestro país diera la vuelta al mundo como un ejemplo de intolerancia y vergüenza.

Como organización sindical también nos duele que estas agresiones y humillaciones ocurran cerca de la Escuela Santa María, uno de los escenarios de la masacre obrera más dura que vio este país a principios del siglo XX, lo que da cuenta de cuán poco hemos aprendido de la lucha social en este siglo corto y violento.

Es por ello que como trabajadores y trabajadoras del Ministerio de Educación no podemos permitir que se sigan alimentando los discursos de odio, menos desde las autoridades. 

Tras el Despertar de Chile la ciudadanía exigió más derechos y más respeto. Y como organización de trabajadores y trabajadoras tenemos la obligación de actuar con empatía y unidos, dejando de lado cualquier tipo de diferencia, para romper el cerco del abuso neoliberal, en donde es esencial debatir y ser protagonista del cambio cultural y estructural que se requiere, para finalmente desterrar el modelo económico y social imperante. también nos ponemos el desafío de que nos falta educar en diversidad, tolerancia y respeto y ahí está uno de nuestros desafíos también como educadores

¡Meceremos un nuevo país, más justo, más democrático y solidario!