El indeleble legado de Óscar Arce

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El 3 de julio falleció el histórico dirigente de Andime. “Fue un hombre justo, muy honesto y probo”, dijo su hijo Rafael.

El pasado 3 de julio falleció Óscar Darío Arce Jerez, un dirigente histórico de la Asociación Nacional de Funcionarios y Funcionarias del Ministerio de Educación (ANDIME). Histórico no por los años sino por su dimensión. Desde exministros hasta el vecino más humilde de Quilicura tuvo palabras de afecto para despedir al hombre, amigo, compañero, camarada y colega. “Mi papá es una caja de sorpresas. Aun estamos impactados con la gran cantidad de personas que llamaron, enviaron correos y de diferentes maneras expresaron su gratitud”, señaló su hijo Rafael.

La pandemia que azota al mundo y con especial fuerza a nuestro país se llevó al dirigente que dejó una huella imborrable en todos los ámbitos que transitó. Trabajó por varios años en el Ministerio de Educación, donde destacó por su responsabilidad y respeto, pero también por las ayudas que pudo brindar a quienes acudieron a él. 

Rafael comentó que “me llamó una señora muy agradecida porque él le consiguió una matrícula para su hijo en un colegio, también, otra persona que mi papá le apuró un certificado. Llamaron camaradas de su partido, ex ministros, muchas ex autoridades -incluso de la derecha-, periodistas que lo conocieron cuando trabajó en el Gabinete del Ministerio, ex alcaldes de Quilicura, vecinos, autoridades actuales y un sinfín de personas”.

Óscar Arce no solo fue dirigente de ANDIME, también presidió juntas de vecinos en su barrio en Quilicura y fue un activo militante democratacristiano, partido que presidió a nivel local por muchos años, incluso durante la dictadura. En esos caminos siempre estuvo acompañado de su familia, sus hijos y esposa, quienes hoy lo recuerdan con un inmenso orgullo.

“Mi papá fue un hombre justo, muy honesto y probo. Todos quienes lo conocieron destacan mucho su integridad y transparencia. Él era de los que se devolvía si le daban un vuelto de más. Nunca se quedó con algo. Si había un hombre íntegro era él, siempre caminó con la tranquilidad y el orgullo de ser respetado por todos sin distinción de colores políticos, porque siempre fue con la verdad por delante. Desde niños nos enseñó que la honestidad era lo más importante”, aseguró Rafael Arce.

Asimismo, su hijo recordó que “mi papá siempre quería ayudar. Cuando éramos chicos siempre llegaba con cosas que le había comprado a alguien que lo estaba pasando mal. Una vez llegó a la casa con un set de tijeras, otra vez con un paquete de lanas y así con cualquier cosa que en realidad no necesitaba, pero que por ayudar a la persona le compraba”.

La dimensión de sus valores es el mejor legado que Don Óscar pudo dejar a las generaciones que los sucederán en su partido, junta de vecinos y en ANDIME.