Hugo Godoy, Secretario General de ATE, conversa con ANDIME

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En esta entrevista realizada en medio de las actividades de la semana de cooperación e intercambio internacional entre ANDIME y ATE, nuestro compañero Hugo Godoy nos entrega su visión respecto de la importancia de la unidad sindical, el génesis de la visita de la delegación transandina a Chile y los alcances del acuerdo suscrito con ANDIME en beneficio de los trabajadores y trabajadoras del Mineduc.

¿Cómo surge la idea de venir?

Hace dos años en una actividad de CLATE en Argentina, Claudia (Atenas, Presidenta ANDIME Nivel Central), tomó contacto conmigo y me propuso la idea de buscar alguna articulación. Buscamos la posibilidad de un grupo mancomunado con más dirigentes, y ahí surgió la idea de articular esto a través de la autoformación. Así es que viajaron 20 dirigentes de ANDIME y durante una semana estuvimos trabajando en Argentina con trabajadores afiliados a ATE del sector educación. En Argentina ATE agrupa a tres sectores, el docente, los auxiliares (personal de las escuelas), y los trabajadores de la Administración. Además ATE organiza al sector nacional, provincial y municipal.

Hicimos una actividad de una semana con este sector.

La idea era hacer una visita de reciprocidad y finalmente se pudo concretar ahora. Es importante señalar que cuando nuestros compañeros de ANDIME viajaron a Argentina eran de todo el país, no solo de Santiago. En retribución a eso ahora no solamente estamos haciendo esta semana de trabajo con ANDIME con gente de la CUT y otras organizaciones. Nosotros somos todos de ATE pero de distintas provincias, Mendoza, San Juan, San Luis y La Rioja, también de Capital Federal y provincia de Buenos Aires.

¿En qué consiste el acuerdo de cooperación firmado entre ATE y ANDIME?

La idea es dar forma a lo que hemos estado trabajando en conjunto, formalizarlo y darle continuidad en todos los planos. Articular el tema de la comunicación, compartir experiencias. Que no quede en el tema de formación y encuentros esporádicos sino que tenga un carácter más sistémico.

¿Cuál es el valor que tienen estos encuentros?

Tienen un enorme valor ya que integran cuadros de conducción de distinto nivel. El conocimiento institucional y personal y el intercambio entre los dirigentes hace muy ricas las experiencias de aprendizaje y nos da la posibilidad de incorporar a distintos niveles en la política internacional, especialmente la integración latinoamericana, donde la responsabilidad que tenemos como clase trabajadora es crucial.

Respecto al escenario político actual, ¿cuál es la visión que tienen desde el mundo sindical respecto de lo que pasa en América Latina y cuál es la línea de acción que debiesen seguir los trabajadores del sector público?

Las políticas del imperio norteamericano, que pretende imponer sus políticas neoliberales en lo que ellos llaman su “patio trasero” (América Latina), son muy agresivas, al punto de querer impulsar una guerra en Venezuela, justificando la invasión armada en un territorio del que se consideran dueños. La única posibilidad de un desarrollo autónomo de nuestra región es a través de la unidad. Hubo un momento a partir de los 2000 que se extendió hasta 2015 donde lograron confluir gobiernos progresistas en el Cono Sur. Esa experiencia fue derrotada en la mayoría de los países, lo que cual demostró los límites de las estrategias populares ya que pensar que el poder de la soberanía de los pueblos reside exclusivamente en el control administrativo del Estado, es perder de vista todo el escenario geopolítico, económico y comunicacional. Y por eso decimos que la fortaleza de las organizaciones libres del pueblo reside no solo en la capacidad de controlar el Estado, sino además en su autonomía.

Y eso necesariamente debe confluir en estrategias comunes. En ese marco, esa enseñanza que ha sido a un altísimo costo, en Argentina nos endeudaron por 100 años y quebraron el país. La mayoría de nuestros países está subordinado al dólar y eso exige proyectos de desarrollo económico e infraestructura autónomos.

Bolivia ha sido el único que ha des dolarizado su economía y a nacionalizado el control de los recursos de su economía. El cambio de gobierno que esperamos ocurra en Argentina (el eventual triunfo de la fórmula Fernández-Fernández sobre Mauricio Macri) permitirá contener la ofensiva neoliberal, pero eso dependerá de la voluntad de quien gobierne y de la acción de los pueblos para profundizar la democracia porque si algo dejaron de enseñanza las experiencias progresistas del periodo 2000-2015 es que los países que quedaron en mejores condiciones para sobrevivir fueron los que reformaron sus constituciones fortaleciendo el rol del Estado y de las organizaciones y donde la democracia no solo es formal sino además profunda respecto a los cambios institucionales. Y en ese sentido las organizaciones deben confluir sin someterse a los gobiernos populares o más progresistas y eso abre un tiempo en el que podremos industrializar nuestras economías y apuntar al desarrollo.