Entrevista a Luis Mesina “El trabajador público tiene el deber moral de defender a su compañero a honorarios”

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ANDIME conversó de forma exclusiva con el vocero de la Coordinadora No+AFP sobre la actualidad del movimiento y las complejidades de la movilización en pleno año electoral. Este viernes, la Coordinadora lanzó el plebiscito nacional que ha convocado a realizarse entre el 29 de septiembre y el 2 de octubre próximo.

¿Podría describirnos el momento actual de la Coordinadora?, en términos políticos y de movilización.

“Hemos crecido mucho a lo largo del país. Y eso, como es lógico, trae consigo algunas tensiones ya que al interior de la coordinadora conviven diversos sectores con miradas distintas, por otra parte estamos en un año electoral donde se exigen definiciones y es un grupo tan grande obviamente existen sectores que presionan para agudizar más el proceso pero lo consideramos parte de nuestro proceso de desarrollo”.

“Logramos traducir nuestra propuesta en una cartilla bastante pedagógica que le ha gustado mucho a la gente. Hicimos una edición de 100 mil y vamos por una segunda edición. Queremos llegar al millón y que la mayor cantidad de personas posible puedan conocerla y valorar el esfuerzo que hemos hecho al elaborarla, además de informar a las personas que es posible cambiar este sistema y que no hay razones financieras para cambiarla sino razones estrictamente políticas porque predomina tanto en el gobierno como en la derecha de este país la idea de seguir usando los recursos económicos de los trabajadores como medio de financiamiento, y no les interesa un carajo mejorar las pensiones de los trabajadores. Es por eso que apuramos la cartilla porque nos interesa intervenir generando más tensión”.

Tal y como se describió en 2006 y 2011, el movimiento social logra posicionar su discurso en la opinión pública cuando logra enganchar con el denominado “sentido común” de la ciudadanía, ¿cómo describen ese proceso de internalización en el caso de No + AFP?

“La gente ya internalizó la idea de que es necesario cambiar el sistema porque la perspectiva que se les viene encima es dramática. Necesitamos una segunda parte que señale que este cambio es viable y una tercera donde la gente se abra a otras formas de lucha, lo que no necesariamente tiene que ver con acciones más radicales sino que más eficaces”.

“Hay que avanzar rápidamente hacia la desobediencia civil en este país toda vez que la institucionalidad es post dictatorial, no reconoce derechos, y ha puesto en el tapete y el debate la antípoda entre la licitud de los hechos y la legitimidad de los mismos. Toda la práctica política de este gobierno y de este congreso se ha amparado en la licitud de sus actos, que son espurios y carecen de toda legitimidad, y en la medida de que la gente tome conciencia de que la importancia de la democracia pasa por ejercitar derechos, estaremos en condiciones de llamar a formas de lucha más eficientes que van a exigir mayor responsabilidad. Creo que lo otro es repetir formas que están un poco fracasadas ya que al Estado tal cual está diseñado le convienen los paros por 24 horas. Tenemos que pasar a otra categoría, de huelga general indefinida por ejemplo, pero para eso tenemos que generar mayor grado de conciencia de manera tal que se la comunidad la que levante las demandas sociales por salud, previsión y vivienda digna”.

Los enclaves conservadores en el mundo público, privado y de los medios de comunicación, han estructurado una relación entre la sociedad y el modelo económico basada en el miedo. Miedo a perder el empleo, a desestabilizar al país, a perjudicar la inversión, el crecimiento, etc. ¿Cómo se supera esa dinámica?

“Nuestra propuesta sacude las bases mismas del modelo y el carácter monetarista del manejo no solo de la economía sino de la sociedad en su conjunto. Ha instalado con desventaja para nosotros la idea de que los bienes de consumo son más importantes que los derechos de las personas. Se ha cambiado el paradigma y derechos que ya habíamos ganado como la salud, la vivienda, la previsión, etc., son convertidos en bienes entonces estamos en una trampa”.

“La conciencia no está determinada por un mayor énfasis en la propaganda. Los saltos cualitativos en la conciencia se hacen posibles cuando las personas descubren, atendiendo a sus condiciones materiales de vida, que puede cambiar su realidad. Hoy la gente entiende perfectamente lo que es una AFP, una Isapre, o que el Fondo E le permite mantenerse resguardado a pesar de que la propaganda de las AFP les digan que está perdiendo plata”.

“He viajado por el sur y el norte y existe un nivel de conciencia sorprendente. Ahora viene la siguiente fase que es que la gente entienda que tiene que asumir mayores grados de responsabilidad en la acción. Ya estamos en un camino más corto. Antes de las movilizaciones la gente no sabía qué mierda era esto. La política sirve también para eso, para agudizar, mejorar los niveles de comprensión. Siempre habrá grupos que internalizan más conocimientos que otros pero estamos en un derrotero en el que se necesitan tomar mayores niveles de conciencia para luchar contra este Estado espurio”.

¿Cuál es la responsabilidad que le compete a los trabajadores del Estado en este proceso de concientización, aprendizaje y movilización?

“Los trabajadores del Estado tienen una gran responsabilidad, entre otras cosas por la enorme cantidad de honorarios. Este es el único país del mundo donde ocurre eso. La ANEF está peleando por el 1% de reajuste pero ésta es la verdadera pelea, la de restituirle sus derechos a los trabajadores del Estado. Un funcionario público tiene el deber moral de pelear por su compañero y por restablecerle derechos, lo que además asegura su estabilidad laboral y lo mantiene a salvo de los vaivenes gubernamentales. Pero cuando el trabajador/a público no reconoce los derechos que le asisten a un número mayor de funcionarios que no tienen ningún tipo de prestación, está cediendo todo.

“La restitución de la conciencia de la función pública desde lo ético pasa por restituir derechos a los primeros compatriotas que tiene al lado que son los funcionarios a honorarios. De lo contrario estamos liquidados. Esa es la pelea que empezaremos a dar ahora. La de develar esa mentira porque esto no es herencia de la dictadura de Pinochet, esto parte de estos gobiernos que han diseñado un sistema de precariedad absoluta. Mercantilismo y monetarismo público de abaratar costos y un absoluto desdén por la función pública como una instancia superior del sujeto para prestar un servicio a la comunidad. El funcionario público está investido de componentes que no tiene el trabajador común y corriente y es indispensable que de esta lucha por sus compañeros”.