La historia de compromiso y espontánea solidaridad detrás del “Ojo” del CPEIP

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El estallido social de octubre de 2019, aún en pleno vigor en estos días de enero,  nos ha dejado miles de historias. La mayoría dramáticas, de dolor e injusticia frente a un sistema que se ha quitado la careta, y nos muestra su verdadero rostro, pero también de esperanza, de una comunión que parecía perdida entre ciudadanos, sumidos por tantos años en una vorágine de individualismo y competitividad, cegados de mirar al otro, de reconocerse como pares.

Las movilizaciones, y la estela de represión que trajeron consigo, tuvieron un impacto mayor en nuestros compañeros del CPEIP. Las informaciones que sacudieron al país, llegaron al extremo oriente de la capital, donde los funcionarios y funcionarias rápidamente decidieron organizar acciones de respaldo al movimiento social.

Es aquí donde comienza a tomar forma uno de los momentos más significativos del despertar ciudadano de octubre de 2019, en el Mineduc y en ANDIME.

Según relata nuestro compañero Rodrigo Torres, Secretario de ANDIME Provincial CPEIP,  “en el CPEIP el estallido social de octubre nos interpeló con mucha fuerza. Por historias personales que fuimos recopilando, no como directiva sino como comunidad, como compañeros de trabajo con experiencias cercanas de violaciones a los DDHH en sus propias familias. Y esas vivencias que nos hicieron recordar tiempos más oscuros de nuestra historia, hicieron que la gente estableciera un sentido de comunidad en CPEIP que se había perdido a lo largo del tiempo”.

“Empezaron a llegar las informaciones de los casos de daño ocular que se estaban produciendo por acción de fuerzas represivas, contra estudiantes, trabajadores y hasta transeúntes. Cuando nos empezamos a enterar de esto, a través del INDH, surgieron varias iniciativas entre los funcionarios: declaraciones públicas en condena a los abusos sistemáticos, un encuentro con una abogada de DDHH que había estado en las comisarías en esos días y nos entregó relatos terribles, comprobando que eran violaciones sistemáticas, y prueba de ello es que se repetían de Arica a Punta Arenas: Golpes con toallas húmedas que no dejan marca para que no pudieran constatar lesiones después, que a las mujeres se les estaba haciendo hacer sentadillas, flexiones, desnudarse. Todas cosas que luego fueron recogidas en la intervención de Las Tesis. En ese contexto, los ojos se volvieron un elemento poderoso y comenzamos a imprimir imágenes de ojos y a pegarlas en las puertas de las distintas unidades”.

“Un día en particular hubo algunas coordinaciones a las que les pareció una falta de respeto que los funcionarios se movilizaran por lo que estaba ocurriendo, esto exclusivamente por el estallido social, sin relación con demandas internas. Nuestros compañeros fueron reconvenidos por esa jefatura, y desde ese día el ojo se convirtió en un símbolo aún más potente, fue como decir: nuestros ojos ofenden. De ahí fue surgiendo una idea que finalmente se plasmó en el telar, y que quiso decir despertamos tanto que nuestras miradas asustaron a los poderosos, a la clase dirigente, etc. En ese momento surgió la iniciativa de una persona a la que le gusta mucho tejer que nos dijo, porqué no tejemos un ojo chiquitito y lo ponemos también ahí. Una idea loca. Y una de las personas del Centro toma cuatro listones de madera de tres metros y genera este gran marco que permitió que mucha gente alrededor de los clavos contribuyera con tejidos a croché. Hubo gente que puso dos hilos,  pero de todos modos contribuyó además a mantener el paro vivo porque, cuando ya no había más imaginación para convocar a los compañeros decíamos no importa, vengan a trabajar en el ojo”.

“Fue una experiencia fantástica. Hubo gente que se conoció gracias al ojo. Incluso que dos personas que pagaron con su puesto de trabajo el haberse sumado a esta iniciativa. Y es por eso que cuando surgió la idea de trasladarlo al Nivel Central, quisimos que volviese. Estamos orgullosos de que haya estado en el frontis del Ministerio de Educación, que la gente se haya fotografiado con el y que se convierta en un símbolo más de la lucha por la restitución de derechos fundamentales para el pueblo de Chile”.

Finalmente, en la hora del recuento, nuestro compañero agradeció al Directorio Nacional por su apoyo y gestión: “Como directiva de Provincial ANDIME CPEIP queremos agradecer al Directorio Nacional y especialmente a Gloria Jara por el interés mostrado por este trabajo. Como reflexión final queremos decir que cuando pasen los años serán las manifestaciones artísticas las que quedarán en la memoria colectiva”, cerró nuestro compañero dirigente.